Leonel Gustavo del Cid Díaz, nacido el 17 de noviembre de 1961 en la Ciudad de Guatemala, es un destacado pintor, escultor, grabador, escenógrafo e ilustrador guatemalteco. Su formación artística comenzó a los 13 años en la Escuela de Arte al Aire Libre del Cerrito del Carmen “Max Saravia Gual”, donde estudió durante 14 años consecutivos. Posteriormente, cursó el bachillerato en arte en la Escuela Nacional de Artes Plásticas “Rafael Rodríguez Padilla” entre 1982 y 1986. Además, se especializó en escenografía bajo la tutela del maestro Max Saravia Gual y en grabado de acuñación en la Casa de Moneda del Banco de Guatemala con el maestro Francisco Delgado. Obtuvo la licenciatura en Artes Visuales por la Universidad de San Carlos de Guatemala.
A lo largo de su carrera, del Cid ha explorado diversas técnicas y disciplinas artísticas, incluyendo óleo, pastel, acuarela, lápiz, tinta, fundición en cemento, tallado en madera y grabado en madera y metal. Su obra se caracteriza por un fuerte expresionismo y una profunda preocupación por el ser humano, frecuentemente representada a través de figuras como Cristo y el Quijote.
Además de su labor artística, del Cid ha desempeñado roles significativos en el ámbito cultural y educativo de Guatemala. Trabajó como escenógrafo en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias durante más de una década y como grabador en la Casa de Moneda del Banco de Guatemala de 1991 a 2004. También ha sido catedrático en la Escuela Superior de Arte de la Universidad de San Carlos de Guatemala y en la Escuela Nacional de Artes Plásticas “Rafael Rodríguez Padilla”, donde ejerció como director interino entre 2010 y 2011.
Su trayectoria ha sido reconocida con múltiples premios y menciones honoríficas, entre ellos el Premio Opus para las Artes por Mejor Carrera Artística en 1992, la Mención Honorífica en la Bienal de Arte Paiz en 1994 y el premio Muni a la excelencia teatral por la escenografía de la obra “La herencia de Alvarado” en 1998.
En 2019, presentó la exposición “Sin Palabras” en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, una retrospectiva de su trabajo que invitaba a los espectadores a experimentar sensaciones y emociones sin la mediación de títulos o descripciones.
La obra de Leonel del Cid continúa siendo una referencia importante en el arte guatemalteco, reflejando una combinación de maestría técnica y profundidad conceptual que invita a la reflexión sobre la condición humana y la sociedad.